Enlace al blog de Plenas

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jueves, 29 de septiembre de 2022

Órganos y organeros

Órganos y organeros

    La revista NASARRE de 1992, cita una información del 20-11-1492, la cual hace referencia a una transación económica que fue testigo el tamborinero de Monforte, Colás Alvil.
    La misma publicación hace referencia que en 1498, aparece un tamborino como testigo natural de Mediana, llamado Mahoma Jacir.
Tomás Domingo Pérez y Vicente González Hernández, en su libro Pedro Apaolaza de colección "Los aragoneses", hace mención a buena parte de la música clerical de Moyuela, pueblo lindante a Plenas.
"1628, por mediación del Arzpobispo Apaolaza, encargan un órgano al maestro organero Martín Navarro de Sesma y al escultor Antón Franco, con destino a la Iglesia Parroquial".
"Una de las capellanías fundadas por Apaolaza (la de Santa Ana) llamada el oficio de organista y maestro de canto y de tañer tecla.
El que sirviera la capellanía de Santa Ana (capellán) debía ser habil en canto llano y en canto de órgano y muy buen organista".
"Para que la música realce el culto divino y acompañe a los cantos, oraciones y silencios de los fieles durante las celebraciones religiosas así como ayuda a crear una sensibilidad colectiva que estimule a las futuras vocaciones por la música".

Compra del órgano de Moyuela
Se le encarga a Martín Navarro de Sesma (Navarra).

"Que sean de tablillas y a lo moderno un teclado con cuarenta y dos teclas de los registros, que jueguen como los del Pilar, y que la caja ha de ser conforme la que ha firmado el Sr. Canónigo y ha de tener dos puertas para cerrarse, que sean pintadas, en la parte de afuera San Pedro y San Pablo; en la de adentro la Virgen Santísima de la Anunciación y el Angel San Gabriel; en lo alto un escudo de armas del Sr. Obispo dentro y afuera".
Se pagó la cantidad de 900 libras jaquesas,  pero por cada mes de retraso a la entrega de la obra, le descontaría 10 escudos en el pago.
"Organo con tres fuelles de a 2 varas de largo y una de ancho".
Y se le exigía lo siguiente:

"Ha de tener el Secreto a lo moderno, que sea de tirantes, con un tablón para la reducción del flautado de la cara, y no ha de ser de molinete.
Ha de tener un flautado mayor de 13 palmos y de medio arriba doble en 2 Registros; tendrá entrambos sesenta y tres caños.
Ha de tener una octava abierta y de medio arriba doble y partida en un Registro, tendrá 63 caños.
Ha de tener una flauta atapada en octava del flautado; tendrá 42 caños.
Ha de tener una Docena abierta y partida; tendrá 42 caños.
Ha de tener dos quincenas de flautado en un Registro partido; tendrá 84 caños.
Ha de tener una decinobena partida; tendrá 42 caños.
Ha de tener un registro de Nasarte de 3 caños por punto y medio arriba, siete y partido; tendrá 263 caños.
Ya todo esto. el órgano ha de tener 672 caños, bien hechos, acabados y a satisfacción".

La persona designada para organista además de tocar el órgano en las festividades propias de la Iglesia, estaba obligada asímismo a acompañar con música las 4 misas de celebración de Santa Ana, cuya capilla o altar fundara don Pedro de Apaolaza.
El organista debía, también, enseñar música, para lo que el prelado dejó 100 escudos de renta, cargados sobre la Comunidad de Daroca.
El empleo de organista se proveería por oposición "ante los organistas y Maestros de capilla de la Metropolitana que hacen su censura y ordenación".
Sobre el Concejo de esta localidad aragonesa estaban cargados 80 escudos de renta, que el Doctor Apaolaza, dejaba además de las 1600 libras de propiedad puestas a disposición del Vicario y Capitulares de Moyuela, "para los cuatro músicos que tañan ministriles" en la iglesia solemnizando las funciones religiosas y las procesiones, y además aportaba cuarenta sueldos de retribución cada día para que todas las horas canónicas (diurnas y nocturnas) sean cantadas con la solemnidad que se canta en las Catedrales y Colegiales.

Publicado en plenas.blogia.com, el 3 de septiembre de 2010.

Mirando al futuro desde nuestro pasado

Mirando al futuro desde nuestro pasado

Las tres últimas décadas han supuesto una gran transformación de Plenas. En cuanto a su apariencia externa podemos hablar de que los cambios experimentados en este periodo han sido espectaculares: llegó el agua corriente, el alcantarillado y el alumbrado público en condiciones; la pavimentación del casco urbano y alrededores es casi total desde hace años; se ha restaurado y rehabilitado el patrimonio de todos (Ayuntamiento, horno, la iglesia con la torre, la ermita del Carrascal…) y han llegado los equipamientos e infraestructuras deportivas (frontón cubierto y piscinas municipales). También se han rehabilitado y construido algunas casas y edificios de uso agrícola o recreativo. En fin, que el cambio que ha dado el aspecto físico del pueblo es asombroso.
Por otro lado, han avanzado y mejorado mucho la forma y los medios de trabajar, puesto que la mecanización y la desaparición de algunas labores muy penosas han hecho que la agricultura de hoy sea muy diferente de la tradicional.
Sin duda, todo ello ha contribuido a mejorar la calidad de vida de los vecinos de Plenas y de aquellas personas que pasan allí algún tiempo pero, a la vez, está originando que se vayan perdiendo algunas costumbres y tradiciones que nos hacían diferentes de los demás, que nos singularizaban como pueblo.
Los que vivimos la infancia en Plenas recordamos a montones de niños jugando y correteando por la calle; corros de mujeres con sus sillas haciendo algún trabajo de temporada (“esgallufar”, “escoscar”, “esbrinar”, “esmotar lana”…) o simplemente cosiendo la ropa en la calle; los animales domésticos atravesando las calles de tierra para ir al abrevadero a beber agua…, y un sinfín de detalles parecidos. Tuvimos una manera de vivir totalmente diferente a la actual. Los niños de nuestros pueblos se están perdiendo una gran cantidad de pequeñas cosas que nosotros vivimos y ellos no.
Hemos pasado de unas formas de vida muy tradicionales, con elementos peculiares en cada uno de nuestros pueblos, a que la vida cotidiana vaya pareciéndose cada vez más a la de las ciudades. Parece como si el avance en unos aspectos hiciera necesario que perdamos parte de nuestra historia y de nuestra manera de ser y de vivir.
Podemos recordar algunas maneras de llenar el tiempo libre en nuestra niñez. Todo era sencillo y entretenido, nos hacía diferentes de otros y contribuía a mejorar nuestra vida cotidiana:
– Jugábamos a “Ministros y ladrones” por las cuevas del Hoyo: hacíamos dos bandos, los miembros del uno se escondían y los del otro debían encontrarlos.
– Para jugar al vaso se lanzaba una lata con unas piedras dentro y mientras el que la pagaba iba a recogerlo los demás se escondían. Un sitio ideal era donde empieza la calle del Hoyo.
– También pasábamos muchos ratos haciendo casetas y casetos por la huerta, por la orilla del río…
– Algunos domingos las chicas “hacían comedias”: preparaban una función teatral en la que cantaban, bailaban, hacían sorteos, etcétera. Previamente había que ensayar y preparar el recinto (en un corral, cochera o casa vieja), con el telón correspondiente.
– Era costumbre que cuando alguien conseguía matar una zorra, los niños la llevaran por el pueblo a “pedir limosna para la zorra”. Recibían algunos regalos o propinas por haber eliminado ese enemigo.
– El día de Año Nuevo los pequeños de la casa recorrían las casas de los tíos y algunos vecinos a “pedir Cabodaño”.
– En primavera había que coger violas, esas preciosas y minúsculas florecillas lilas de penetrante olor.
– El Viernes Santo los chicos íbamos a tocar con la carracla o la matraca antes de los oficios religiosos, dando tres vueltas al pueblo (una por toque) .
– El Sábado Santo había que enramar, es decir, preparar y colocar los ramos llenos de chucherías (naranjas, galletas, regalices, palotes…) en las ventanas de las chicas. El esfuerzo era recompensado al día siguiente cuando la pandilla de chicos íbamos por las casas donde habíamos puesto ramo a recoger la propina y la rosca, que era una torta con huevos duros y longaniza. Por la tarde se organizaba una merienda . Cada cuadrilla buscaba un lugar y había mucha fiesta, ya que enramaban desde los más niños hasta los mozos mayores.
– El corococo: era un panecillo redondo que se hacía especialmente en el horno para San Juan y para San Pedro, y que se acompañaba casi siempre de longaniza del adobo. La costumbre era ir a comer el corococo al campo, generalmente en la arboleda, y pasar la tarde jugando por allí.
– Las fiestas de la Virgen del Carrascal y de San Agustín eran también diferentes, con mucha diversión, pocos gastos y se preparaban y recordaban durante todo el año.
– Teníamos un montón de juegos, canciones, retahílas… que se están olvidando: las birlas, las tabas, el zorrocotroco, pizco lomizco, marro, etcétera. El repulero, los canutos y los alondros, los silbatos de punta de caña tierna para sacar arañas, los pitones, las tapas de cajas de cerillas, los cachuletes, el redonche, los barcos y toldos de juncos…
Vivir estas y otras cosas sencillas contribuyó a que nuestra infancia fuera una época en la que la relación con los amigos era fundamental, y eso es un valor importante.
¿Seremos capaces de transmitir a los niños y jóvenes la ilusión por disfrutar y mantener alguna de esas costumbres que han marcado nuestra idiosincrasia? Quizá fuera bueno y necesario hacerlo como garantía de futuro, pues todo ello conforma la cultura popular de Plenas. Para que un pueblo siga vivo, además de las obras, es necesario mantener la memoria y el espíritu de sus gentes. Todavía estamos a tiempo.

Pie de foto: Las puntas de las cañas servían para sacar a las arañas de sus agujeros. Se llamaban “engañarañas”.

(Revista Al Sur del Ebro Nº 2. Autor: Servando del Río Bonafonte. Comarca Campo de Belchite, Zaragoza, 2006).

Publicado en plenas.blogia.com el 6 de septiembre de 2010.

"El tocino" de Plenas

 "El tocino" de Plenas (historia de un tocino que resucitó)



Canción que cantaban los mozos en las bodegas. Publicado el 3 de septiembre de 2010 en plenas.blogia.com.

Detalle de un dibujo publicado en Memoria de los hombres-libro, de Luis Miguel Bajén García y Fernando Gabarrús Alquézar.

Plenas en "El Adelantado de Segovia", en 1926

Mata a su mujer y después se suicida
Zaragoza,— Comunican de Belchite un sangriento suceso ocurrido en el pueblo de Plenas, de aquel partido municipal.
En su domicilio aparecieron muertos en el lecho los esposos Santos Marteles y Joaquín Marteles.
La mujer presentaba dos heridas de bala en la cabeza y el esposo una en la sien derecha.
Junto a los esposos apareció el revólver con que se había realizado la tragedia.
De las investigaciones realizadas se desprende que los esposos habían convenido esta forma de suicido ante contrariedades de la vida en el hogar.

Esta noticia apareció en El Adelantado de Segovia, el jueves, 20 de mayo de 1926, en su número 5.211.
Fue publicada el 4 de septiembre de 2010 en plenas.blogia.com

miércoles, 14 de septiembre de 2022

Ha fallecido "Ignacia Martínez Marteles"


Ha fallecido en Zaragoza a los 98 años de edad "Ignacia Martínez Marteles". Sus padres fueron Apolonia y Benjamín y sus hermanos Marciano, Marcelina, María y Valero, todos fallecidos, al igual que su esposo Antonio Torres García. Nuestro más sincero pésame a sus hijos Rosamari y Antonio, nietos, sobrinos y demás familia.

Su velatorio tendrá lugar hoy, día 14 de septiembre, a partir de las 18 horas, en la sala número 2 el cementerio de Torrero y su funeral, mañana, a las 13 horas, en la capilla número 2 de dicho complejo.