Vista de la ermita desde la carretera, en dirección a Lécera |
El
otro día fui a recorrer el territorio cercano a Plenas y he encontrado
verdaderas maravillas. Voy a ir colgando algunas. Uno de los lugares que más me
impresionó fue la Ermita de San Mateo situada en Ventas de Muniesa. Las ruinas
de esta ermita se ven a la izquierda de la carretera de Muniesa dirección a
Lécera, a unos 500 metros de la casa principal de las Ventas.
Subí
a verla y me sorprendió contemplar los impresionantes arcos ojivales de la
nave, de los que solo quedan dos. Están hechos con piedra labrada de turritellas,
la misma que tenemos en la iglesia de Plenas. El edificio es de una sola nave
rectangular, de unos 16 metros de larga por 8 de ancha. Este templo fue la
iglesia parroquial de un pueblo que existió allí llamado Albir de la Noguera.
Perteneció a la Orden Militar de Santiago y Salvador Gisbert, autor de una
serie de "Efemérides históricas de la provincia de Teruel", nos dice
que " el 29 de Noviembre de 1434 el
Concejo de Albir de la Noguera, pueblo que existió donde hoy están las ventas
de Muniesa, decide disolverse y abandonar el pueblo por la pobreza de su
terreno y falta de aguas, así como por los muchos impuestos que sobre ellos
prestaban. (Pertenecía aquel pueblo a los caballeros de Santiago)"
Abandonado
el pueblo, la ermita permaneció funcionando a trancas y barrancas. En 1785
tenía ermitaño que la cuidaba y limpiaba. En la visita pastoral de 1803 ya no
hay ermitaño; hay un solo altar con una imagen decente, diversas prendas litúrgicas
y un cáliz de plata con su patena. En 1894 estaba arruinándose y el propietario
de la Casa Principal de las Ventas, Don Gregorio Flor, solicita permiso al
arzobispado para arreglarla y hacer misa allí, cosa que se hace.
La
ermita tiene cuatro tramos separados por tres arcos y está orientada en un eje
perfecto este-oeste, estando situado el altar al este. Se entraba por una
puerta situada al sur, aproximadamente en medio del muro. Los muros son de
piedra mampuesta, siendo de piedra labrada los dos arcos que quedan, las esquinas
de la cabecera y debían ser también de piedra labrada el arco que falta , las
esquinas de la pared de los pies y las jambas y cabezal de la puerta.
Hay
restos del púlpito. Curiosamente quedan marcas de cantero. Yo he anotado unas
cinco. Las marcas las hacían los canteros que trabajaban las piedras para
cobrar por número de piezas puestas. Esta obra no sabemos de qué siglo es. Algunos
la fechan en el siglo XII, pero podría ser del XIII o del XIV.
Las cinco marcas de cantero que he visto |
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