Este fin de semana he estado con unos amigos y me han contado dos antiguos y raros oficios perdidos que había en la ciudad de Zaragoza y que se lo habían comentado unos parientes. Estos oficios existían a finales del siglo XIX y comienzos del XX
SUSTANCIERO.
Por las calles de Zaragoza iba un individuo que llevaba un saco con huesos de jarrete, jamón, etc y se anunciaba gritando ¡El Sustanciero!. Entonces les llamaban las mujeres y este subía con el saco y sacaba un hueso atado a una cuerda y lo metía en el guiso, la sopa o el cocido y lo tenía un rato, que lo cronometraba con un reloj. Pasado el tiemposolicitado, pagaba la mujer, sacaba el sustanciero el hueso y seguía ofreciendo su oficio por las calles de la ciudad.
Otro oficio se ofrecía por las calles de la ciudad de Zaragoza, cuando no había agua corriente en las casas . Un individuo iba con una silla ya preparada, un cubo con agua y unas telas y cañas. Se paraba en una esquina y anunciaba su negocio
-Tarau tau tau
¡Por una perra gorda,
cagar sentau!
Entonces el ciudadano que quería hacer sus necesidades sentado, pagaba la perra gorda y entraba en una especie de reservado hecho con telas y cañas en plena calle y allí hacía sus necesidades sentado. Luego el "trabajador" se llevaba el cubo y lo vaciaba, y a seguir con el negocio
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