Que decir de la “magra”, sobre todo la antigua, la que se curaba en el granero de casa procedente del “tocino” que se criaba en la choza de corral… “Magra” se llamaba en Plenas (y en muchos lugares) al jamón y así lo entendíamos todos. Bueno, todos, no. A los que se nos llevaron a la capital con pocos años, enseguida se nos fue metiendo por la mollera el castellano y claro, desconocíamos muchas palabras que habitualmente se decían en Plenas.
Cuando me llevaban al pueblo con tres, cuatro o cinco años, jugaba en la calle con alguno que otro amigo que vivía cerca casa de mi abuela. Me refiero a Jano (Alejandro) Martín, el hijo de “Pepito” y de Martina, que años más tarde tuvieron carnicería y bar.
Estando un día en la puerta de su casa, le dije a Jano que me apetecía un trozo de jamón, ya que las tripas me rascaban. Sin pensarlo más, me dijo, espera un poco que te traigo. Rápidamente apareció con un “tajo de jabón” de lavar la ropa, de los que hacía su madre con aceite usado y tocino. La sorpresa fue mayúscula y hubo bromas y risas de los mayores que estaban cercanos. Yo le pedí jamón y me trajo “jabón”.
INL
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