Echando el cortado de la mañana, en el bar de Nicolás, de Plenas, algunos, recordaban sus tiempos en la escuela del pueblo. Se hablaba de anécdotas relacionadas con los maestros que hubo en la localidad, allá por los años 60. “Lulú” (Julián) y “Marre” (Pantaleón), Servando y de vez en cuando ayudados por Nicolás, se acordaban de un maestro que era cura. No vivía en el pueblo ya que pernoctaba en la vecina Moyuela, del cual, nadie recuerda su nombre. Este educador, el día que se levantaba con mal pie les "zurraba la badana" a todo bicho viviente que se meneaba por la escuela. En fila, pasaban los chicos y con una regla les daba golpes en la palma de la mano. Como era normal, los chicos cumplían sus órdenes colocando la palma de mano hacia arriba y a la altura que les decía el maestro. Pero, hubo uno, "Machina" (Toñín) que cuando le quiso dar el reglazo, apartó la mano y el maestro, se pegó un golpe de categoría en su propia pierna. Hubo sonrisas, lo que le supuso a Toñín un reparto de hostias gratuito, de las de recordar. Los chicos quedaron temerosos y en otras ocasiones, cuando el maestro llevaba intención de darles con la regla, todo el mundo ponía la mano voluntariamente sin la mínima intención de quitarla, sin rechistar, ya que recordaban las hostias del Toñín.
Por aquel entonces, en muchos lugares, había maestros que solían castigar a los chicos con golpes de regla o puntero, pero si encima, algunos padres aconsejaban este tipo de castigos, ni te digo.
Era casi habitual que los zagales echaran una mano en casa yendo al “ganao” o para hacer cualquier otra labor doméstica o agrícola. Siempre estaban dispuestos y no había que insistir mucho, así se libraban de la escuela.
En cierta ocasión, como en otras, supuestamente, debido al mal comportamiento de los chicos, el maestro decidió dejar encerrada a toda la clase, castigada, sin ir a casa. Como no acudía a casa "Calabaza", Fermín, su padre, decidió ir a la escuela para saber qué había pasado. Le abrieron una ventana y así salió el hijo, por la ventana. El resto, tuvo que permanecer encerrados hasta que el maestro les levantó el castigo. Cosas de la "buena" o la "mala" educación.
Por aquel entonces, en muchos lugares, había maestros que solían castigar a los chicos con golpes de regla o puntero, pero si encima, algunos padres aconsejaban este tipo de castigos, ni te digo.
Era casi habitual que los zagales echaran una mano en casa yendo al “ganao” o para hacer cualquier otra labor doméstica o agrícola. Siempre estaban dispuestos y no había que insistir mucho, así se libraban de la escuela.
En cierta ocasión, como en otras, supuestamente, debido al mal comportamiento de los chicos, el maestro decidió dejar encerrada a toda la clase, castigada, sin ir a casa. Como no acudía a casa "Calabaza", Fermín, su padre, decidió ir a la escuela para saber qué había pasado. Le abrieron una ventana y así salió el hijo, por la ventana. El resto, tuvo que permanecer encerrados hasta que el maestro les levantó el castigo. Cosas de la "buena" o la "mala" educación.
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