Eliseo en Plenas, el 3 de mayo de 2008.
Foto: Celedonio García
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Muchas anécdotas se podrían contar de Eliseo, hombre de gran talante y trabajador. Tuvo un montón de hijos y en los tiempos duros de la posguerra junto con su esposa Marcelina, sacaron a todos adelante. En cierta ocasión a cortar almendros con Vicente Navarro Bonafonte a un campo propiedad de este último. Cuando regresaron al pueblo iban a descargar la leña y Eliseo colocó el carro y la caballería encima de una cueva cercana al lugar de almacenaje. Esta oquedad tiene un pequeño corte de unos tres metros de altura. Eliseo calzó el carro para que lo frenase y no se fuese hacia atrás, pero como llevaba mucha carga saltó la piedra de freno y cayó al pequeño precipito la caballería y el vehículo. Dio la fatal circunstancia que la animal cayó encima del carro traspasándose la tripa con una de las varas. Ni qué decir el estropicio que se armó, la caballería con las tripas colgando y los vecinos asustados, vaticinando el fin del animal.
Eliseo, valiéndose de una extraordinario serenidad y valor, fue corriendo a su casa, cogió un ovillo de liza y una aguja saquera. De regreso al lugar del accidente, volvió a dejar el mondongo del animal en su sitio y se cosió la tripa, como si de un cirujano se tratara. Todos quedaron atónitos al ver el zurcido, el animal se recuperó de la gran herida y vivió mucho tiempo.
Hace algún tiempo, en el anterior blog de Plenas, citamos a Eliseo Gracia:
En 1923 nació en Plenas Eliseo Gracia Marteles, a quien se le conocería como el corredor de Plenas.En una de sus primeras carreras ya ganó a Antonio el Negro de Moyuela ya los hermanos Romeo, de Villar de los Navarros. Estos le desafiaron a que fuera a la carrera que para la Virgen del Rosario se organizaba en Villar. Aquí Eliseo hizo su mejor carrera. Corría con unos calzoncillos rotos y con alpargatas. Los premios eran de 100, 50 y 25 pesetas. Los hermanos Romeo hicieron un comentario diciendo: ¿sólo le echáis cinco duros a éste?, refiriéndose a Eliseo, que se enfadó mucho. Eliseo salió quemao y cuando la gente le gritaba
¡Que se te ve…!, porque llevaba el calzón roto, Eliseo respondía: ¡Que se vea, pero pa lante voy yo!;al final, en la última vuelta les dobló el camino. El recorrido tenía más de 10 kilómetros, dando 20 vueltas por la ermita, saliendo hacia Nogueras.
Eliseo estuvo fichado por el Club de Regiones Devastadas de Belchite. En su época, en Plenas se corría desde la salida del pueblo hasta la Plana, dando tres o cuatro vueltas. Antes de la guerra se iba desde Carrabillar hasta el campo de Carranaballo y vuelta. Eliseo participó por muchos pueblos y siempre que llegaba a la carrera y veía los pollos colgados de la horca decía: ¡Esos para Eliseo, el de Plenas, que no cuente nadie! y además animaba a los otros corredores diciendo: ¡Tirad, que ya irá el de Plenas a por vosotros!, y cuando ya corriendo rompía a sudar iba a por ellos. Eliseo se enfrentó con los mejores corredores de Aragón y con otros de los pueblos de los alrededores. Corrió con Carato de Monforte; con Sierra, al que solía ganar porque entonces era más joven que él; los hermanos Alejo y Cipriano Romero, los hermanos Zapata, Alejandro Pérez, Fontanillas. de Alcaine, Royo de Berge… En una Vuelta a Zaragoza quedó por detrás de Miranda; pero dejó pronto de correr, las copas no le iban necesitaba ganarse el cocido para sus nueve hijos. Nunca se entrenaba; tenía suficiente con el trabajo diario.
Iba corriendo a los pueblos que había carrera y después también volvía a pie. Participó por muchos pueblos, entre ellos en Belchite, dando siete vueltas al pueblo (unos 21 kilómetros), llegó junto con Royo, de Berge (Echar él la mano y echarla yo, comentaba), ganó Royo, aunque le daban a Eliseo el primer premio y no lo quiso; en Monforte; en Letux. donde bajó todo el pueblo a verle, pero también le ganó Royo, de Berge, y Sierra se quedó detrás de Eliseo, en Azuara… En Plenas, cuando necesitaban ir a buscar al veterinario que vivía en Moyuela, llamabana Eliseo, que bajaba en poco más de cinco minutos.
El pedestrismo en Aragón, Celedonio García y José Antonio Adell, Diputación General de Aragón, Zaragoza, 1987.
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