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martes, 24 de junio de 2014

EBANO



 
Boda de Micaela Trujillo y Valero Gracia, celebrada el 7 de abril de 1956 en el altar mayor de la catedral de Santa Isabel, actualmente Malabo. Archivo de Micaela Trujillo, Sacada de http://luisnegromarco.blogspot.com.es/2014/08/micaela-trujillo-galan-una-vida-de.html



EBANO

La palabra ébano suena a algo exótico y evoca a África. El ébano es una valiosa  madera negra muy densa, que tiene una buena textura, se puede pulir muy suave y se produce en los grandes bosques guineanos. También “Ebano” era el nombre de un periódico que se publicó  en Guinea Ecuatorial desde 1939 a 1969.

En 1972  Micaela Trujillo, llegada a España con su familia después de abandonar Guinea Ecuatorial,  abrió una papelería en la calle Asín y Palacios 11, de  Zaragoza, en el barrio de la Romareda. La llamó Ébano, en recuerdo de las tierras donde había vivido una gran parte de su vida y donde fue muy feliz.

¿Qué tiene que ver el ébano con Plenas, para colgar un articulito con ese título en este blog? Pues ahora lo vamos a ver.


Hace unos días estaba leyendo el Heraldo cuando topé con un artículo sobre una mujer que lleva vendiendo periódicos desde el 72 en la Romareda. Se puede leer el artículo en http://www.heraldo.es/noticias/aragon/zaragoza_provincia/zaragoza/2014/06/03/quot_nadie_vendia_periodicos_aqui_fui_pionera_romareda_quot_291505_301.html

La noticia me hubiera pasado desapercibida si no hubiera sabido que el marido de Micaela , Valero, al que nombra en el artículo, era de Plenas.

Ayer día 23 de junio, me acerqué a la papelería Ébano a preguntarle algunas cosas a Micaela.
He entrado y estaba sentada al otro lado del mostrador. Me presento y le explico por qué quiero hacerle algunas preguntas. Le resulta extraño. Me pregunta varias veces si soy periodista pero le digo que no, que solo me dedico a contar cosas de Plenas y pleneros. Que sé que su marido Valero era de Plenas.
-Si, pero eso no lo digo en el artículo.
-ya ,ya , pero mi madre conocía a Valero y me lo dijo.

Al final, salvada la primera desconfianza, Micaela me empieza a contar cosas de Valero, y a partir de esas informaciones y otros datos, escribo esta pequeña historia.

Valero Gracia Anglada nació en Plenas el año 1927, en el número 57 de la calle Alta del Barrio Bajo. Era hijo de Hilario Gracia Marteles, nacido en 1895, de la familia de los “Valerines”, y de Francisca Anglada Langa, nacida en 1889.

Hilario Gracia era labrador, alto y fuerte como sus hermanos. De joven marchó con un amigo y unas chavalas  a América, a hacer fortuna, pero regresó pasado un tiempo, y ya se quedó en el pueblo, de labrador y cultivando azafrán. Se casó con Francisca Anglada y tuvo cinco hijos: Guadalupe, Hilaria, Valero, Felipa y Pilar.

Poco después vino la guerra civil, que tan dura fue en la zona. Hilario luchó en el bando “nacional” y dice Micaela que murió en la batalla de Belchite, con algún grado de oficial del ejército.

Acabada la guerra, la viuda con su familia se trasladó a Zaragoza donde los hijos pudieron estudiar.
Guadalupe pronto fue funcionaria de prisiones en la cárcel de mujeres de Burgos, donde ya se quedó a vivir. Ya ha fallecido.
Hilaria trabajó en correos y alguna vez iba al pueblo. Era la que más relación mantuvo con la localidad. Ya ha fallecido.
Pilar se casó con un comerciante de tejidos y se fue a alguna ciudad de Castilla. Vive.
Felipa tuvo un estanco. Falleció en 2013, a los 89 años.

Valero estudió ingeniería industrial. Al acabar la carrera, cuando buscaba trabajo, surgió la oportunidad de ir a trabajar a Guinea Ecuatorial  donde unos grandes talleres necesitaban ingenieros, y Valero, joven y aventurero, con toda la vida por delante, no dudó en apuntarse. Corría el año 1949. Guinea era una próspera colonia española y en la península se vivía una triste posguerra, con cartillas de racionamiento, pobreza, hambre…. Guinea era una buena oportunidad.
Cuando las empresas contrataban a españoles, tenían la obligación de proporcionarles a todos un cocinero y un “boy”,-como los llama Micaela- que era una especie de criado. Valero tenía la residencia en la ciudad de Santa Isabel, en la isla de Fernando Poo, en unos chalets para solteros. Al mismo tiempo que Valero la empresa contrató a otro trabajador de Madrid, que estaba casado con una hermana de Micaela. La familia se fue a vivir a un chalet para casados, casi pegado al chalet de los solteros. Un tiempo después se fue a vivir allí Micaela, con la familia de su hermana.

Micaela Trujillo había nacido en Extremadura en 1930, pero había marchado muy joven con su familia a Madrid, y de allí volvió a marchar a Guinea Ecuatorial. Como eran vecinos con Valero, se reunían en alegres veladas en las terrazas y jardines. Valero y Micaela se hicieron novios y se casaron.
La vida en Guinea era maravillosa para los españoles. El país tiene un clima envidiable, los españoles vivían bien, el dinero corría a raudales.  Aquello era el paraíso. Micaela, al preguntarle sobre como era su vida en Guinea, me dice que “era una vida maravillosa y que se volvería allí otra vez, con los ojos cerrados”. Se movían en los círculos españoles, a los que tenían acceso los guineanos ricos. 
Los negocios iban bien. Valero se montó  por su cuenta un taller que se llamaba Luque y que se dedicaba a trabajos generales de mecánica y a la venta de automóviles Land Rover, que eran los que más se vendían, y Seat. Micaela a su vez montó una academia de corte y confección y patronaje. La vida les sonreía. Poco después fueron naciendo sus hijos Eva, Roberto y Marimar.
El año 1961 murió en Zaragoza Francisca  Anglada, madre de Valero.
Todo iba bien por Guinea pero a finales de los años 60 las cosas empezaron a complicarse. En 1968 se declaró la independencia de Guinea y muchos españoles vinieron a la península pero otros muchos permanecieron allí porque tenían negocios y no había problemas con las nuevas autoridades. En 1969 un grupo de guineanos apoyados por España, intentó un golpe de estado para derrocar a Macías, golpe que fracasó y a raiz de ello se desató una feroz represión. La situación era muy peligrosa y se hizo insostenible. El gobierno español, para proteger a los que se habían quedado allí, ordenó la salida de todos los españoles y suspendió toda ayuda económica a la nueva Guinea. Unos 7000 españoles tenían intereses económicos en la antigua colonia, pero la precipitada evacuación hizo que partieran solo con lo puesto y allí quedaron empresas, talleres, vehículos, tierras, granjas, ganados, plantaciones,  casas, todo… La familia de Valero dejó casi todo en Guinea. Micaela me cuenta que hay una asociación de antiguos colonos de Guinea, con sede en Madrid, luchando para que el gobierno de Guinea les indemnice por los bienes y propiedades que se dejaron allí, pero no tiene ninguna confianza en recuperar algo de aquello….
El gobierno español intentó colocar a los antiguos colonos. A Valero le dieron trabajo en la base aérea de Zaragoza y en esta ciudad se instaló la familia. Micaela, que había trabajado en una papelería en Madrid con unos sobrinos y conocía algo del oficio, decidió montar la papelería Ébano, el año 1972.
Valero no regresó nunca a Plenas. Al morir  su madre, Francisca,  la familia vendió la casa del pueblo y las tierras. Micaela cuenta que Valero apenas se relacionaba con gente de Plenas, solo con algún primo por Zaragoza y con sus hermanas.
Estando trabajando en la base aérea, murió allí de repente el 20 de enero de 1975.


Micaela tiene ya ocho nietos y cinco biznietos, y todavía sigue trabajando a sus 84 años en la papelería Ébano.


Angel Tomás

Nota del 8 de septiembre de 2014. Más información se puede encontrar en el siguiente blog http://luisnegromarco.blogspot.com.es/2014/08/micaela-trujillo-galan-una-vida-de.html


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