EBANO
La palabra ébano suena a algo exótico y evoca a África. El ébano es una valiosa madera negra muy densa, que tiene una buena
textura, se puede pulir muy suave y se produce en los grandes bosques guineanos.
También “Ebano” era el nombre de un periódico que se publicó en Guinea Ecuatorial desde 1939 a 1969.
En 1972 Micaela Trujillo, llegada
a España con su familia después de abandonar Guinea Ecuatorial, abrió una papelería en la calle Asín y Palacios
11, de Zaragoza, en el barrio de la
Romareda. La llamó Ébano, en recuerdo de las tierras donde había vivido una
gran parte de su vida y donde fue muy feliz.
¿Qué tiene que ver el ébano con Plenas, para colgar un articulito con ese
título en este blog? Pues ahora lo vamos a ver.
Hace unos días estaba leyendo el Heraldo cuando topé con un artículo
sobre una mujer que lleva vendiendo periódicos desde el 72 en la Romareda. Se
puede leer el artículo en http://www.heraldo.es/noticias/aragon/zaragoza_provincia/zaragoza/2014/06/03/quot_nadie_vendia_periodicos_aqui_fui_pionera_romareda_quot_291505_301.html
La noticia me hubiera pasado desapercibida si no hubiera sabido que el
marido de Micaela , Valero, al que nombra en el artículo, era de Plenas.
Ayer día 23 de junio, me acerqué a la papelería Ébano a preguntarle
algunas cosas a Micaela.
He entrado y estaba sentada al otro lado del mostrador. Me presento y le
explico por qué quiero hacerle algunas preguntas. Le resulta extraño. Me
pregunta varias veces si soy periodista pero le digo que no, que solo me dedico
a contar cosas de Plenas y pleneros. Que sé que su marido Valero era de Plenas.
-Si, pero eso no lo digo en el artículo.
-ya ,ya , pero mi madre conocía a Valero y me lo dijo.
Al final, salvada la primera desconfianza, Micaela me empieza a contar
cosas de Valero, y a partir de esas informaciones y otros datos, escribo esta
pequeña historia.
Valero Gracia Anglada nació en Plenas el año 1927, en el número 57 de la
calle Alta del Barrio Bajo. Era hijo de Hilario Gracia Marteles, nacido en 1895,
de la familia de los “Valerines”, y de Francisca Anglada Langa, nacida en 1889.
Hilario Gracia era labrador, alto y fuerte como sus hermanos. De joven
marchó con un amigo y unas chavalas a
América, a hacer fortuna, pero regresó pasado un tiempo, y ya se quedó en el
pueblo, de labrador y cultivando azafrán. Se casó con Francisca Anglada y tuvo
cinco hijos: Guadalupe, Hilaria, Valero, Felipa y Pilar.
Poco después vino la guerra civil, que tan dura fue en la zona. Hilario
luchó en el bando “nacional” y dice Micaela que murió en la batalla de
Belchite, con algún grado de oficial del ejército.
Acabada la guerra, la viuda con su familia se trasladó a Zaragoza donde
los hijos pudieron estudiar.
Guadalupe pronto fue funcionaria de prisiones en la cárcel de mujeres de
Burgos, donde ya se quedó a vivir. Ya ha fallecido.
Hilaria trabajó en correos y alguna vez iba al pueblo. Era la que más
relación mantuvo con la localidad. Ya ha fallecido.
Pilar se casó con un comerciante de tejidos y se fue a alguna ciudad de Castilla.
Vive.
Felipa tuvo un estanco. Falleció en 2013, a los 89 años.
Valero estudió ingeniería industrial. Al acabar la carrera, cuando
buscaba trabajo, surgió la oportunidad de ir a trabajar a Guinea Ecuatorial donde unos grandes talleres necesitaban
ingenieros, y Valero, joven y aventurero, con toda la vida por delante, no dudó
en apuntarse. Corría el año 1949. Guinea era una próspera colonia española y en
la península se vivía una triste posguerra, con cartillas de racionamiento,
pobreza, hambre…. Guinea era una buena oportunidad.
Cuando las empresas contrataban a españoles, tenían la obligación de
proporcionarles a todos un cocinero y un “boy”,-como los llama Micaela- que era
una especie de criado. Valero tenía la residencia en la ciudad de Santa Isabel,
en la isla de Fernando Poo, en unos chalets para solteros. Al mismo tiempo que Valero
la empresa contrató a otro trabajador de Madrid, que estaba casado con una
hermana de Micaela. La familia se fue a vivir a un chalet para casados, casi
pegado al chalet de los solteros. Un tiempo después se fue a vivir allí Micaela,
con la familia de su hermana.
Micaela Trujillo había nacido en Extremadura en 1930, pero había marchado
muy joven con su familia a Madrid, y de allí volvió a marchar a Guinea
Ecuatorial. Como eran vecinos con Valero, se reunían en alegres veladas en las
terrazas y jardines. Valero y Micaela se hicieron novios y se casaron.
La vida en Guinea era maravillosa para los españoles. El país tiene un
clima envidiable, los españoles vivían bien, el dinero corría a raudales. Aquello era el paraíso. Micaela, al
preguntarle sobre como era su vida en Guinea, me dice que “era una vida maravillosa y
que se volvería allí otra vez, con los ojos cerrados”. Se movían en los
círculos españoles, a los que tenían acceso los guineanos ricos.
Los negocios iban bien. Valero se montó por su cuenta un taller que se llamaba Luque y que
se dedicaba a trabajos generales de mecánica y a la venta de automóviles Land
Rover, que eran los que más se vendían, y Seat. Micaela a su vez montó una academia de
corte y confección y patronaje. La vida les sonreía. Poco después fueron naciendo sus hijos Eva,
Roberto y Marimar.
El año 1961 murió en Zaragoza Francisca
Anglada, madre de Valero.
Todo iba bien por Guinea pero a finales de los años 60 las cosas
empezaron a complicarse. En 1968 se declaró la independencia de Guinea y muchos
españoles vinieron a la península pero otros muchos permanecieron allí porque tenían negocios y no había problemas con las nuevas autoridades. En
1969 un grupo de guineanos apoyados por España, intentó un golpe de estado para
derrocar a Macías, golpe que fracasó y a raiz de ello se desató una feroz represión. La situación era muy peligrosa y se
hizo insostenible. El gobierno español, para proteger a los que se habían quedado allí, ordenó la salida de todos los españoles
y suspendió toda ayuda económica a la nueva Guinea. Unos 7000 españoles tenían
intereses económicos en la antigua colonia, pero la precipitada evacuación hizo
que partieran solo con lo puesto y allí quedaron empresas, talleres, vehículos, tierras,
granjas, ganados, plantaciones, casas, todo…
La familia de Valero dejó casi todo en Guinea. Micaela me cuenta que hay una
asociación de antiguos colonos de Guinea, con sede en Madrid, luchando para que el gobierno de
Guinea les indemnice por los bienes y propiedades que se dejaron allí, pero no
tiene ninguna confianza en recuperar algo de aquello….
El gobierno español intentó colocar a los antiguos colonos. A Valero le
dieron trabajo en la base aérea de Zaragoza y en esta ciudad se instaló la
familia. Micaela, que había trabajado en una papelería en Madrid con unos
sobrinos y conocía algo del oficio, decidió montar la papelería Ébano, el año 1972.
Valero no regresó nunca a Plenas. Al morir su madre, Francisca, la familia vendió la casa del pueblo y las
tierras. Micaela cuenta que Valero apenas se relacionaba con gente de Plenas, solo con algún primo por Zaragoza
y con sus hermanas.
Estando trabajando en la base aérea, murió allí de repente el 20 de enero
de 1975.
Micaela tiene ya ocho nietos y cinco biznietos, y
todavía sigue trabajando a sus 84 años en la papelería Ébano.
Angel Tomás
Nota del 8 de septiembre de 2014. Más información se puede encontrar en el siguiente blog http://luisnegromarco.blogspot.com.es/2014/08/micaela-trujillo-galan-una-vida-de.html
Angel Tomás
Nota del 8 de septiembre de 2014. Más información se puede encontrar en el siguiente blog http://luisnegromarco.blogspot.com.es/2014/08/micaela-trujillo-galan-una-vida-de.html
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